La capacidad del ser humano para poder hacer no es ilimitada, pero los límites que sospechamos para nuestra resistencia se hacen más y más grandes a medida que se necesita ampliarlos. No creíamos que podríamos pasar tantas noches sin dormir para cuidar de un bebé o de un familiar enfermo, ni que podríamos resistir tantos días sin comer o sobrevivir sin ingresos. Cuando hace falta, echamos mano de una fuerza que no creíamos tener, y luego queda utilizar la reserva.
Habría podido, aunque habría tenido que hacer grandes sacrificios que no eran necesarios porque el esfuerzo me habría dejado bajo mínimos -nada me debilita más que ser incoherente con mis sentimientos- mientras que el objetivo nos habría perjudicado a las dos a corto, medio y largo plazo. Habría podido sin lugar a dudas, pero no quise.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tienes la palabra